Mi interés por el arte surgió en mi infancia, durante esos primeros años mis padres me facilitaron plastilina, lápices y otros materiales para experimentar. A los ocho tome mi primer taller de modelado en barro, después de esto abandoné mi pasión para adentrarme en los negocios familiares.
Mi formación creativa ha sido parcialmente autogestiva, sin embargo, ser ensamblador en el taller mecánico de mi padre por más de veinte años me facilitó un flujo continuo de conocimientos que posteriormente aplicaría a mi quehacer artístico. El contacto con el diseño, la simetría y la distribución interna en los componentes del automóvil, se convirtieron en mis grandes referencias a la hora de componer.
En el año 2010 decidí retomar mi lado creativo y comencé a trabajar el collage, la escultura y la fotografía; posteriormente incursioné e incorporé el ensamblaje, el esténcil y el grabado; lo que derivó en una fusión experimental de técnicas que me condujo al desarrollo de una cosmogonía gráfica y plástica personal. En ella una variedad de objetos y materiales de diversas procedencias confluyen en una transformación necesaria para lograr la creación de una obra.
Una sociedad colmada de producciones en masa trae consigo grandes cantidades de desechos que, con el tiempo se acumulan y causan graves daños a nuestro entorno, de ahí la importancia de la práctica del reciclaje. Mi pequeña contribución ha sido transformar los objetos olvidados o desechados en obras de arte conceptuales y complejas.
Rescato libros, revistas, juguetes, materiales orgánicos, inorgánicos, sintéticos y todo tipo de objetos para asignarles nuevos roles e identidades dentro de una composición.
En mi proceso creativo el origen de una obra carece de un protocolo inicial, a menudo un objeto tiene el poder suficiente para detonar una idea, otras veces la idea me lleva a la búsqueda de los medios para llevarla acabo.
Trabajo técnicas mixtas, siendo el collage, la escultura, la fotografía y el grabado, los medios a partir de los cuales suelo experimentar a la hora de crear, por esta razón selecciono los materiales conforme a las necesidades que surgen con el avance de cada proyecto.
La libertad creativa es importante al momento de construir una obra, y es justo en este punto donde el objeto adquiere protagonismo, ya que me lleva a la especulación en relación a su historia (quién lo diseñó, usó, recolectó o transformó; así como el análisis de sus formas y contexto original). Es común que estas cuestiones se conviertan en estímulos para estructurar nuevos contenidos.
He organizado mi trabajo en dos conceptos de acuerdo al trasfondo ideológico en su composición; el documental aborda cuestiones sociales o autobiográficas, tales como el estado de contingencia global o las enfermedades en mi familia, mientras que el ornamental se concentra en la estética y la armonía, algunas piezas logran toques humorísticos e irónicos que en ocasiones consiguen evadir el argumento.